Francesca Martí
Vive entre Estocolmo y Biniaraix (Mallorca), a caballo entre la luz brumosa y los perfiles urbanos de la histórica ciudad del norte y la naturaleza sosegada de uno de los paisajes mediterráneos más bellos. Viaja con frecuencia en pos de cultura y experiencia, capturando con su aguda mirada destellos de vida, emociones y sensaciones visuales que atesora en su cámara. Y acaso esa misma tensión vital, que convierte su vida en un incesante vaivén de impresiones y estímulos sensoriales e intelectuales que la conduce de lo primigenio a lo industrial y de lo tradicional a lo contemporáneo, explique esa pulsión artística dual que se manifiesta y halla su equilibrio en la propia diversidad lingüística que desarrolla su obra.